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El papa Francisco nos invita a reflexionar sobre la lucha interior entre el bien y el mal, una batalla que se libra en el corazón de cada persona. Partiendo de
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El papa Francisco nos invita a reflexionar sobre la lucha interior entre el bien y el mal, una batalla que se libra en el corazón de cada persona. Partiendo del Génesis, la Biblia muestra cómo la tentación y el orgullo pueden llevar al ser humano a perder la armonía ori-ginal. El mal no irrumpe de manera abrupta, sino que se va gestando en pensamientos y de-seos que, si no se vigilan, echan raíces profundas y se convierten en vicios difíciles de erra-dicar. Todos tenemos «muchas cosas que ajustar Y un poco de examen de conciencia, una pe-queña introspección nos hará bien», para «ser guardianes de nuestro propio corazón», dice Francisco. Y nos anima a «pedir a Dios la gracia de reconocernos necesitados de conversión, y conservar la confianza de que ningún pecado es demasiado grande para la infinita miseri-cordia de Dios Padre». En estos tiempos donde los límites entre el bien y el mal parecen difusos, «reflexionar sobre los vicios y las virtudes nos ayuda a superar nuestra cultura nihilista y nos recuerda que el ser humano, a diferencia de cualquier otra criatura, siempre puede trascenderse a sí mismo,