Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Las personas necesitamos escuchar a los demás para relacionarnos connormalidad. Lo mismo pasa con las organizaciones. Algunas tienen famade que los empleados e
info
Las personas necesitamos escuchar a los demás para relacionarnos connormalidad. Lo mismo pasa con las organizaciones. Algunas tienen famade que los empleados están especialmente a gusto en ellas, porque sesienten escuchados, participan en las decisiones y se les consulta con frecuencia. Es más, si no contamos nada para los organismos quegobiernan esas estructuras, si no podemos participar en ellos, muyprobablemente nos iremos desconectando, hasta llegar incluso adesligarnos completamente.En la sociedad globalizada en la que vivimos, nuestra opinión es cadavez más insignificante y tiene menor influencia en el devenir de losacontecimientos. Por otro lado, se nos regalan los oídos conexpresiones como "tu opinión nos interesa", "hay que pulsar la calle", cuando en realidad importa poco el pensamiento verdadero de cadapersona singular, sobre todo, si es contrario a los objetivos quedeterminados grupos de poder se han fijado. Todo se queda en un meroeslogan y esto sucede, entre otras razones, porque no existe unaverdadera cultura de la escucha.La escucha solo conlleva beneficios. Tratar con las personas enriquece