Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
El sentimiento de vergüenza o de pudor ha regresado al primer plano de la sociedad. Pero no lo ha hecho desde la perspectiva moral, sino desde la antropológic
info
El sentimiento de vergüenza o de pudor ha regresado al primer plano de la sociedad. Pero no lo ha hecho desde la perspectiva moral, sino desde la antropológica, donde la persona es la protagonista. El pudor se revela como una de las fronteras que protegen el territorio de la intimidad personal, que nada tiene que ver con la timidez o la misantropía, sino con salvaguardar la propia identidad. En este sentido, el pudor representa un ataque radical a las corrientes sociales que promueven la exposición a ultranza. En la actual tesitura, en la que uno sólo es alguien en la medida en que se desnuda ante los demás, el pudor ayuda a defenderse de la manipulación, a mantener la cordura en las relaciones y a que cada cual se comprenda desde su propia interioridad.