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La llegada de un hijo, aunque sea esperado y deseado, cambia, altera y sorprende radicalmente la vida.
La experiencia de la maternidad revela además una sorpr
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La llegada de un hijo, aunque sea esperado y deseado, cambia, altera y sorprende radicalmente la vida.
La experiencia de la maternidad revela además una sorprendente verdad: que el comienzo del otro está más allá de nosotros, es indisponible. Al otro que viene podemos responderle principalmente de dos formas: eliminándolo de nuestra vida o aprendiendo a descubrir y compartir juntos la sorpresa de la vida y las sorpresas que la manifiestan.
Una forma diferente, y sin embargo no tan distinta, de ser madre es la experiencia de la adopción y del acogimiento. En las llamadas «maternidades no biológicas», caracterizadas por no haber estado presente en el inicio del otro, también es posible adentrarse junto a él por el mismo camino. Y, por encima de todo, volver a tomar conciencia de una experiencia clave: que toda persona originariamente ha necesitado ser acogida.
Carla Canullo es profesora de filosofía en la Universidad de Macerata (Italia).