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Cuando estamos heridos física o moralmente, nos suele resultar difícil reconocer y aceptar una ayuda, y tener confianza en quien nos la presta. Si no reconoce
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Cuando estamos heridos física o moralmente, nos suele resultar difícil reconocer y aceptar una ayuda, y tener confianza en quien nos la presta. Si no reconocemos nuestras heridas, nos arriesgamos a vivir con ellas como si no existieran.
En este libro se nos ofrece un medio para nuestra curación, invitándonos a acercarnos a Dios con todo lo que somos, con nuestras heridas, para entrar en una dinámica de conversión del corazón y sanación interior.
Partiendo del relato evangélico de los discípulos de Emaús, se presentan cinco pasos necesarios para sanar el corazón: reconocer nuestro sufrimiento; dejarnos ayudar; creer en la fuerza sanadora de la Palabra; madurar hasta la independencia y dejarse tocar por el poder curativo de Dios para renacer a la vida. Este recorrido es como un fuego que purifica, como un bálsamo que alivia y cura, como el amanecer de una nueva vida que trae esperanza, alegría y paz.