Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
"En la vida cotidiana, aturdidos por las mil voces y las miles detareas de la historia, corremos el peligro de olvidar y prestar pocaatención al Señor, que ha
info
"En la vida cotidiana, aturdidos por las mil voces y las miles detareas de la historia, corremos el peligro de olvidar y prestar pocaatención al Señor, que habla aún hoy no solo a través de las páginasde las Sagradas Escrituras (...); también habla a través de la vida de tantos hombres y mujeres, consagrados y laicos, adultos, jóvenes yniños que, con la santidad de su vida, escriben en los pliegues de lahistoria otro magisterio: uno escrito directamente por el EspírituSanto, que encuentra en estos corazones sencillos, instrumentosdóciles para continuar esculpiendo en otros corazones la imagen deCristo".Así presenta Mons. Giuseppe Schillace a Carlo Acutis, el adolescenteitaliano que vivió apenas 15 años, suficientes para que muchoscorazones encontraran a Jesús.