Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Entre el final del siglo XX y los comienzos del XXI, una de las figuras fundamentales para las relaciones internacionales del papado fue el almadenense Faustino
info
Entre el final del siglo XX y los comienzos del XXI, una de las figuras fundamentales para las relaciones internacionales del papado fue el almadenense Faustino Sainz Muñoz (1937-2012), quien, al ordenarse como sacerdote, parecía destinado a una sencilla vida de párroco. Por el contrario, lo que ha quedado disimulado por su eterna discreción es una de las carreras más extraordinarias desarrolladas por un español en el terreno diplomático. La figura de Monseñor Faustino Sanz fue clave en situaciones tan relevantes como para evitar una guerra fratricida en el Cono Sur; hubo de lidiar con el inmovilismo de Fidel Castro en la Cuba del æperiodo especialÆ; en Zaire arriesgó su vida en medio de la atroz violencia de la Guerra del Congo y del genocidio ruandés; fue el primer nuncio ante la Unión Europea y tuvo un papel protagonista en el histórico reencuentro de las iglesias católica y anglicana con ocasión de la visita de Benedicto XVI al Reino Unido de Isabel II. La vida de Mons. Faustino Sainz siguió por los derroteros del mundo de posguerra con todas sus señas de identidad: el fracaso de las ideologías totalita