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Podemos utilizar las palabras como puentes que unen o como gritos que distancian. Cautivados por su belleza y su poder, con frecuencia caemos en la tentación d
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Podemos utilizar las palabras como puentes que unen o como gritos que distancian. Cautivados por su belleza y su poder, con frecuencia caemos en la tentación de absolutizarlas, llegando a imaginar que son capaces de nombrar ajustadamente lo Real. Cuando eso ocurre, las palabras confunden. Y eso vale también para las palabras más sagradas. Porque lo Real no puede ser pensado ni verbalizado adecuadamente. Será siempre inefable.
El autor analiza diez palabras fundamentales del cristianismo, intentando separar la intuición básica que contienen, del lastre con que se han ido recargando con el paso del tiempo. Al mismo tiempo, propone su relectura desde un nuevo modelo de cognición, que no absolutiza la mente.
El resultado es una relectura del cristianismo en clave no-dual y, por tanto, universal y genuinamente espiritual. Salimos del etnocentrismo tribal y de la celda de la mente, para reencontrarnos en la espaciosidad abierta del Territorio único que todos compartimos, el Hogar donde nos descubrimos no-separados de nada.