Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Si, por un imprevisto de la historia, el patrimonio de la cultura espiritual universal debiese perecer entre las ruinas causadas por las mil y una devastaciones
info
Si, por un imprevisto de la historia, el patrimonio de la cultura espiritual universal debiese perecer entre las ruinas causadas por las mil y una devastaciones de los hombres, bastaría con salvar esta Primera colección de los escritos del monje solitario Isaac de Qatar para poder reconstruir la entraña de lo humano. Por primera vez en castellano, y traducidos directamente del original arameo, dispone el lector de los ochenta y dos discursos que integran la Primera colección, donde se presentan los fundamentos perennes de la vida según el Espíritu. Isaac ve en el asceta solitario un modelo que todo bautizado puede seguir para hacerse como su maestro Jesucristo en medio de este mundo errático y unificar el propio ser.