Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
info
Estatuas derribadas, trabajadores despedidos, libros proscritos, iglesias vandalizadas, espectáculos suspendidos, conferencias canceladas, asesinatos civiles, personajes demonizados y, sobre todo, una historia leída desde una óptica de izquierda radical son la base en la que se sustenta la ideología woke. Esta corriente nacida en los campus universitarios de EE.UU. hace unas décadas bajo una aparente rebelión contra la «opresión», el «odio», el «racismo» o la «discriminación», es en realidad una versión pujante de la corrección política que se está imponiendo con fuerza en toda la sociedad occidental. De este modo, si criticas la discriminación positiva de la mujer, eres un machista. Si no crees que los grupos LGTBI tengan que recibir privilegios o ayudas especiales, eres un homófobo. Si defiendes a los empresarios, eres un explotador. Si pides que la inmigración sea ordenada, eres un xenófobo. Y así con todo. A través del lenguaje, se pretende generar una nueva realidad y todo aquel que discrepa de este nuevo paradigma se enfrenta a esas descalificaciones y a auténticas campañas de desprestigio que aspiran