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Este es el libro más personal y más original del principal filósofo del Derecho mexicano de su generación. Se trata de una obra de madurez que es el reflejo
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Este es el libro más personal y más original del principal filósofo del Derecho mexicano de su generación. Se trata de una obra de madurez que es el reflejo de muchas lecturas y de muchas vivencias. Entre las lecturas se encuentran las de los autores con los que Rodolfo Vázquez entabla aquí un diálogo a propósito de la religión: Spinoza, Bayle, Voltaire, Hume, Feuerbach, James, Russell, Gaos, Tierno Galván, Horkheimer, Camus, Dworkin y Octavio Paz. Y en ese ejercicio intelectual que tiene mucho de autobiográfico (el diálogo lo es también con los diversos yoes del autor: a la madurez se llega con esfuerzo y no es tampoco una estación de destino) se van dibujando las etapas por las que habría transcurrido su itinerario vital en materia de religión: indiferencia, apasionamiento, secularización y ateísmo, hasta llegar a la serenidad del agnóstico que no echa de menos a Dios.
Con una prosa ágil y precisa, Rodolfo Vázquez muestra en esta obra que los grandes temas de la filosofía se pueden tratar de manera amena y profunda al mismo tiempo. Y nos hace ver incluso que los problemas que giran en torno a la idea de Dios o de lo sagrado pueden resultar de interés también para aquellos que no tienen oído para la religión.